El guardia de tráfico

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Una de las imágenes que recordamos de la infancia es a Cleries (padre de nuestra amiga Mª Carmen Fuentes), el guardia municipal, con su gran altura y parsimonia habitual, al desenvolverse y al hablar (casi sin mover su fino bigote), montado en la bicicleta y advirtiendo a los niños que jugaban en la calle que se comportaran correctamente, pues, si no, les tendría que denunciar. Eran los tiempos en que la policía local (entones policía municipal, o «los municipales») se desplazaba por el casco urbano de Palma del Río a pie o en bicicleta, pues no disponían de vehículos motorizados.

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La Plaza del Guardia, en 1960. Foto de José de las Heras

Cuando entré como concejal por primera vez en el ayuntamiento palmeño, en 1983, la corporación anterior, ya les había comprado un coche de policía, concretamente un Citroën Mehari, color crema, con carrocería de plástico y descapotable, sin más distintivos y equipamiento que la pegatina con su nombre y el escudo de Palma. Pronto llegaron a tener walkie talkies para comunicarse entre ellos y después un radio transmisor en el coche. Hasta hoy día, diferentes vehículos han servido para sus desplazamientos, disponiendo incluso uno equipado con material para hacer pruebas de alcoholemia, proporcionado por la Dirección General de Tráfico.

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El antiguo Cuartel de la Guardia Municipal, esquina calle Virgen del Rosario (frente al Bar Guanche). Foto de Gloria García Sánchez.

De los tiempos que hablaba al principio, y otros de los que me han hablado, recuerdo a guardias municipales, como el citado Fuentes Cleries, Mariano Peral, Ángel Martínez (el hijo de Ángel Martínez de Chomón, el director de la banda municipal de música), al apodado «Rosilla», a Muñoz Cervera (cuya mujer tenía una tienda en la calle Ana de Santiago, cerca de la casa de mi tío Emilio), a José Carrasco (padre del anterior jefe de la policía), a Mariano Navarro, a Ortiz (que también fue jefe), a Damián González (padre del antiguo dueño del pub Mochu, del Río Seco), a Rafael Siles, a Díaz, al apodado «Poleo», a Peso, a Julián, a “Reina” (que acompañaba al padre de José Felipe Cardenete, cuando venía a Palma a la inspección de pesas y medidas), al apodado “Perdigón”, a Navarro “Correo” (al padre y su hijo Juan)… Una plantilla de agentes que se fue renovando con el tiempo, tras las correspondientes jubilaciones, y mejorando en medios.

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La plaza del guardia (foto publicada por Saxoferreo)

También de épocas pasadas es la fotografía que encabeza esta entrada, cuyo autor en Miguel Santos Enríquez, el padre de Ana. En ella aparece un guardia municipal, con su bicicleta. Se trata de un policía que no conocía, pues falleció hace unos 50 años con 34 años de edad, Francisco Morales Ferrari, tío de Juan Morales, que tuvo el bar del Polideportivo hasta hace no mucho tiempo (logró identificarlo a través de otro tío suyo, cuando publiqué por primera vez esta fotografía). Está en la calle Muñoz (entonces llamada Capitán Cortés), pues a la derecha se aprecia una casa con mástil de bandera y rótulo en la fachada (entre las dos ventanas de la planta alta), que debía ser la antigua casa de Correos (también se aprecia el buzón en la fachada), antes de su traslado a la plaza de Andalucía; a la izquierda la casa de la Compañía Sevillana, y al fondo vemos una casa de la calle Barbera (antes Teniente Molero).

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La plaza del guardia en invierno, con el Banco Hispano provisional (por obras) y Gademar. Foto Archivo Municipal

La placa con el escudo de Palma, que hay debajo del faro de la bicicleta, nos indica que formaba parte de un servicio especial, el de Tráfico. Debe ser verano pues el niño que vemos detrás usa pantalón corto y camisa de manga corta. El agente lleva el uniforme de aquellos tiempos, aunque sin chaqueta, un uniforme de color gris, como los de otros cuerpos de policía (como los de la policía armada, de triste memoria, a los que llamábamos, por ello, los «grises»), con gorra de plato, correaje y cinturón blanco, y corbata oscura.

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Mariano Peral, junto a la peana en la plaza del guardia, con el autobús de Manzano, entre el BHA y la casa de Julio Muñoz. Foto del Archivo Municipal

Asimismo vemos en diferentes fotografías, que otros agentes vestían uniforme blanco y casco similar a los de la policía británica, cuando realizaban labores de regulación de la circulación. No se aprecia que porte ni armamento ni defensas (porra), por estar encargado del control de tráfico, algo normal en los tiempos en que el tránsito de vehículos a motor no era tan denso como hoy día, lo que permitía que numerosas calles de Palma tuviesen dos sentidos de circulación, haciéndose necesaria en ocasiones la intervención de los agentes de tráfico, para desatascar las vías, como pasaba en algunas encrucijadas, como la Plaza del Guardia, que ya comenté otro día.

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Foto de la plantilla de la Policía en otros tiempos: Ortiz, Fuentes Cleries, Peso, Muñoz Cervera, Mariano Navarro, «Perdigón», Mariano Peral, Navarro («Correo»), «Poleo» y otros (Foto cedida por Horacio Almenara a mi cuñado Ramón)

El guardia de tráfico, con su bicicleta, es un retrato vivo de otros tiempos, y refleja una época en que la circulación no nos daba tantos quebraderos de cabeza, como en la actualidad. Un recuerdo de aquellos momentos en que todavía se podía jugar y convivir con el vecindario en plena calle.